Susanoo nació cuando su padre, Izanagi, lavó los restos del inframundo de su cuerpo, al lavarse la nariz. Desde muy joven mostró una actitud fría y agresiva, pero con gran potencial. Su padre al repartir su reino le concedió el mar, la tierra y el rayo, pero éste quería más. Conociendo que la ira de su padre podría convertirse en un gran peligro, esperó a que Izanagi entrara en su sueño divino, después de esto tuvo una batalla con su hermana Amaterasu, que dio como resultado grandes consecuencias muy serias, provocando que el consejo de los ochocientos dioses le expulsasen del cielo directamente a la región de Izumo.

A Susanoo se le atribuye el hecho de dar ciertos dones culturales a la humanidad, incluida la agricultura. Se le reconoce como una deidad valiente que ayuda en la lucha contra el mal y que se subordina gentilmente a los Kami supremos del cielo. Tiene mal genio y puede ser impetuoso, pero siempre tiene buenas intenciones. Además, se le asoció con el poder de las tormentas y el mar en la mitología. Su conexión con el agua comenzó al momento de su nacimiento. Otras historias dicen que Susanoo tomó agua del mar y la llevó a la tierra como lluvia. También creó bosques cortando su barba y cabello y plantando las hebras en las laderas de las montañas.